La Familia, Resolvando Conflicto
Barrio Pueblo 24 Septiembre 2017
Yo quiero empezar
con algunas frases de La Familia, una proclamación Para el Mundo.
¨
El ser hombre o
el ser mujer es una característica esencial de la identidad y del propósito
premortales, mortales y eternos de la persona.
Éste quiere decir
que las mujeres y los hombres son distintas y tienen responsibilidades
distintas.
De éstas
responsabilidades la proclamación dice:
LA
FAMILIA es ordenada por Dios. El matrimonio entre el hombre y la mujer es
esencial para Su plan eterno. Los hijos merecen nacer dentro de los lazos del
matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos
matrimoniales con completa fidelidad. La felicidad en la vida familiar tiene
mayor probabilidad de lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor
Jesucristo. ... Por designio divino, el padre debe presidir la familia con amor
y rectitud y es responsable de proveer las cosas necesarias de la vida para su
familia y de proporcionarle protección. La madre es principalmente responsable
del cuidado de sus hijos. En estas sagradas responsabilidades, el padre y la
madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro.
Compañeros
Iguales es algo que tenemos que aprender y practicar. He aprendido una palabra que es el ¨machísmo¨,
que es una actitud culturál que no deben existir en nuestras familias.
Por medio de las
restauración del evangelio, hemos recibido la promesa de que nuestras familias
pueden estar juntos para siempre si estamos sellados en el santo templo y
cumplimos con nuestros convenios.
Nuestros matrimonios son distintas de los del mundo. Hacemos convenios con el Señor y nuestro
cónyuge. Nunca debemos aconsejar que alguien rompa el convenio por el divorcio.
En mi experiencia
como obispo me he dado cuenta de que hay muchos miembros que llevan una carga
que no deben llevar. Esa carga es
el resentimiento hacia otra miembro de la familia de Dios. Muchos
no mantienen relaciones con algunos miembros de sus propias familias. Tienen resentimiento hacia a sus padres, o a sus
hijos, o sus esposas, o quizás a un miembro o líder de la iglesia. Ésta me tristeza mucho. No debe de ser así.
El Elder Kevin R
Duncan de los Setenta dijo ¨como seres humanos vivimos en un mundo caído, en
ocasiones lleno de oscuridad y confusión, y no es sorpresa que se cometan
errores, injusticias y pecados. En consecuencia, no hay nadie que, en uno u
otro momento, no sea víctima de los actos descuidados ni de la conducta
hiriente o incluso pecaminosa de otra persona. Es algo que todos tenemos en
común.
Felizmente, Dios,
debido al amor y misericordia que tiene por Sus hijos, ha preparado una senda
que nos ayuda a navegar por estas a veces turbulentas experiencias de la vida.
Él ha proporcionado un escape para todos los que son víctimas de los errores de
los demás. ¡Nos ha enseñado que podemos perdonar! Aunque hayamos sido víctimas
una vez, no tenemos que ser víctimas dos veces al llevar cargas de odio,
amargura, dolor, resentimiento y hasta venganza. ¡Podemos perdonar y podemos
ser libres!´¨
Muchos me han
dicho, ¨no entiendes obispo, no puedes entender como siento´ . Y tienes razón. Puede ser que alguien ha sido ofendido en extremo,
o maltratado en una manera muy mala, o aún abusado. Y, no, no entiendo exactamente cómo
sienten. Pero, conozco alguien que si, entiende. El Señor entiende todos los sentimientos de
nuestros corazones. Y los sentimientos
de los que les han ofendido. Y El nos
ama a todos.
El Elder
Duncan dijo ´Estoy convencido de que la mayoría de nosotros desea perdonar,
pero nos cuesta hacerlo. Si sufrimos una injusticia, estamos prestos a decir:
“Esa persona se equivocó y merece un castigo. ¿Dónde está la justicia?”.
Pensamos equivocadamente que, si perdonamos, la justicia no será satisfecha y se
evitará el castigo.
Eso,
simplemente, no es el caso. Dios dará a todos un castigo justo, porque la
misericordia no puede robarle a la justicia (véase Alma 42:25). Dios, con amor, nos afirma a
ustedes y a mí: “Dejadme a mí el juicio, porque es mío, y yo pagaré. Paz a
vosotros” (D. y C. 82:23). El profeta Jacob, del
Libro de Mormón, también prometió que Dios “… os consolará en vuestras
aflicciones, y abogará por vuestra causa, y hará que la justicia descienda
sobre los que buscan vuestra destrucción” (Jacob 3:1).
Como víctimas,
si somos fieles,
podemos recibir gran consuelo al saber que Dios nos compensará por las
injusticias que enfrentemos.¨
Por lo tanto,
hermanos. Les ruego que perdonen a
otros. Especialmente a los de su
familia.
Cuando Jesucristo visitó a las habitantes
de las américas, una de las primeras cosas que hizo fue enseñarles el modo del
bautismo. El notó que no estaban de
acuerdo en como hacerlo. Después de enseñarles
les dijo ¨...no
habrá disputas entre vosotros, como hasta ahora ha habido; ni habrá
disputas entre vosotros concernientes a los puntos de mi doctrina, como hasta
aquí las ha habido.
Porque en
verdad, en verdad os digo que aquel que tiene
el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo,
que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los hombres,
para que contiendan con ira unos con otros.
He aquí, esta
no es mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el
otro; antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas.¨
Al traducir el
libro de mormón, había una ocasión en que José Smith no pudo traducir. Ententó recidir las palabras por los
videntes, pero no pudo recibirlas. Había
tenido palabras contrarias con su esposa Ema.
El sabía que el tenia que ir a su esposa, pedir perdón, y a perdonarle a
ella antes que pudiera tener el espírtu para traducir mas. Dispués de reconciliarse con Ema, podía
traducir de nuevo. Nosotros tambíen
debemos reconciliarnos con los miembros de nuestras familias a fin de recibir
el espíritu en nuestras vidas.
Que podemos
cultivar las relaciónes familiares que nos conducirán a regresar al señor, les
ruego, en el nombre de Jesucristo. Amen.
English
I want to begin with some phrases from The Family, a Proclamation
to the World. ¨Gender is an essential characteristic of individual premortal,
mortal, and eternal identity and purpose.
This means that
women and men are different and have different responsibilities. Of these
responsibilities the proclamation says: "THE FAMILY is ordained of
God. Marriage between man and woman is essential to His eternal plan. Children
are entitled to birth within the bonds of matrimony, and to be reared by a
father and a mother who honor marital vows with complete fidelity. Happiness in
family life is most likely to be achieved when founded upon the teachings of
the Lord Jesus Christ. ... By divine design, fathers are to preside over their
families in love and righteousness and are responsible to provide the
necessities of life and protection for their families. Mothers are primarily
responsible for the nurture of their children. In these sacred
responsibilities, fathers and mothers are obligated to help one another as
equal partners.¨
Equal partners is something that we have to learn and
practice. I learned a Spanish word that is the ¨machismo¨, which is a cultural
that should not exist in our families.
It means that men are the boss of their families. Presiding in love and righteousness does not
mean we are to be dictators. We are
Equal Partners.
Due to the restoration of the Gospel, we have received
the promise that our families can be together forever if we are sealed in the Holy Temple
and comply with our covenants.
Our marriages are different from those of the world. We make Covenants with the Lord and our
spouse. We never advise someone to break Convention by divorce.
In my experience as a Bishop I have come to realize that
there are many members who carry a burden that they should not be carrying. That burden is the resentment toward
another Member of the family of God. Many do not maintain relationships
with some members of their own families. They have resentment toward their parents, or their children, or their
wives, or perhaps to a member or leader of the Church. This sadness me.
It should not be so.
Elder Kevin R Duncan of the seventy said "... as
human beings we live in a fallen world, sometimes full of darkness and
confusion. It comes as no surprise
that mistakes will be made, injustices will occur, and sins will be committed.
As a result, there is not a soul alive who will not, at one time or another, be
the victim to someone else’s careless actions, hurtful conduct, or even sinful
behavior. That is one thing we all have in common.
Gratefully,
God, in His love and mercy for His children, has prepared a way to help us
navigate these sometimes turbulent experiences of life. He has provided an
escape for all who fall victim to the misdeeds of others. He has taught us that
we can forgive! Even though we may be a victim once, we need not be a victim
twice by carrying the burden of hate, bitterness, pain, resentment, or even
revenge. We can forgive, and we can be free!"
Many have told me, ¨You don't understand Bishop, you can
not understand how I feel". And They're right. You may be that someone has
been offended in the extreme, or mistreated in a very bad way, or even abused. And, no, I do not understand exactly how
you feel. But I know someone that does understand. The Lord understand all the
feelings of our hearts. And the feelings of those who have offended them. And
he loves us all.
Elder Duncan
said "I am convinced that most of us want to forgive, but we find it very
hard to do. When we have experienced an injustice, we may be quick to say,
“That person did wrong. They deserve punishment. Where is the justice?” We
mistakenly think that if we forgive, somehow justice will not
be served and punishments will be avoided.
This simply is not the case. God will mete out a
punishment that is fair, for mercy cannot rob justice (see Alma 42:25).
God lovingly assures you and me: “Leave judgment alone with me, for it is mine
and I will repay. [But let] peace be with you” (D&C 82:23).
The Book of Mormon prophet Jacob also promised that God “will console you in
your afflictions, and he will plead your cause, and send down justice upon
those who seek your destruction” (Jacob 3:1)."
As victims, if we are faithful, we can
take great comfort in knowing that God will compensate us for every injustice
we experience.¨
Therefore, brothers and sisters. I ask you to forgive others. Especially your
family members.
When Jesus Christ
visited the inhabitants of the americas ,
one of the first things he did was to teach them the mode of baptism. He noticed that they did not agree on how
to do it. After teaching them he told them "And there shall be
no disputations among you, as there have hitherto been; neither shall
there be disputations among you concerning the points of my doctrine, as there
have hitherto been.
For verily, verily
I say unto you, he that hath the spirit of contention is not of me,
but is of the devil, who is the father of contention, and he stirreth up
the hearts of men to contend with anger, one with another.
Behold, this is not
my doctrine, to stir up the hearts of men with anger, one against another; but
this is my doctrine, that such things should be done away."
During the translations of the Book of Mormon, there was
one occasion in which Joseph Smith could not translate. He attempted to receive
the words by his usual means, but could not receive them. He had had contrary
words with his wife Ema. He knew that he had to go to his wife, ask for
forgiveness and to forgive her before I could have the spirit to translate
more. After reconciling with Ema, he
could translate again.
We also need to reconcile with members of our families in
order to receive the spirit in our lives. That we cultivate family relations that will lead us to return to the Lord,
I ask, in the name of Jesus Christ. Amen.